Ojalá tuviera idea de la cantidad de veces que me he cuestionado hasta la existencia. ¿Qué es real? ¿Para qué? ¿Por qué? ¿No hay algo más sencillo? Preguntas retumban todo el día en mi cabeza.
A veces incluso, resulta agotador… En ocasiones parece que el aire se vuelve tan espeso y abrumador que pesa respirar.
La vida misma mc parece un misterio; este sube y baja impredecible. A pesar de todo eso, tengo la certeza de que encontré un lugar seguro… Un lugar que me protege incluso de mi propia mente, y de lo que ocurre a mi alrededor.

Lo encontré aquella noche en la que tus brazos me rodearon por primera vez, brindándome tu calor y el sonido de los latidos de tu corazón… Lo que no sabía es que una vez ahí, ya no querría salir.
Y después de vivir a tu lado por primera vez un sin fin de experiencias acompañadas de vastos sentimientos y emociones casi irreales a mi percepción, después de pensar que no podía ser mejor… Nos encontré conectando la parte más pura de nuestro ser, sintiendo el calor de tu piel, energía y esencia cambiando de cuerpo, fluctuando a libertad.
Casi olvido que tengo un texto dedicado sólo a ti y lo divino que me pareces, y para mí sigue sin ser suficiente.

Ojalá tuvieras idea del ser tan mágico que eres para mí, solo existiendo… Estábamos a ciegas, sin embargo, tomé ventaja del conocimiento y recuerdo exacto de los detalles que conforman tu ser, recuerdo el sonido de tu voz, de tu respiración, incluso de tu corazón. Sublime.

Sentí tu sonrisa, después de un beso sonreíste, rozabas mis labios y mi mejilla. Ahí, en ese momento jure que nunca, en ningún otro lugar había tenido ese sentimiento de pertenencia. Ahí, sentí que valía la pena haber transitado mi vida en la manera en la que había sucedido para coincidir en aquella sincronización perfecta, contigo.

Irónicamente no paraba de repetirme en el fondo de mi ser que amaba, adoraba y era un placer experimentar la vida terrenal, que no deseaba otra cosa porque en ese momento tenía el universo en mis manos, quizá la respuesta a todas mis preguntas… Que te tengo aquí y ahora y la vida, este viaje; es efímero. Acompáñame lo que dure…