El robo de hidrocarburos, conocido como huachicol, ha crecido exponencialmente en Puebla, siendo uno de los negocios ilícitos más rentables.

Más de 50 denuncias por tomas clandestinas han sido registradas, afectando no solo a la economía local sino también generando graves consecuencias sociales.

En medio de la persistente problemática del robo de hidrocarburos en Puebla y la crisis que azota la región del Triángulo Rojo desde 2014, el gobierno ha tomado medidas significativas para combatir este flagelo. Sin embargo, el desafío sigue latente, como lo evidencia la detención reciente en Huauchinango a través del Plan de Coordinación “Fuerza por Puebla”.

Pemex, la empresa estatal, enfrenta pérdidas considerables debido a las tomas clandestinas, que pueden sustraer hasta 119.5 miles de barriles por año. La región del Triángulo Rojo, compuesta por Acajete, Acatzingo, Palmar de Bravo, Quecholac y Tepeaca, destaca como epicentro de la crisis. El 80% de su población vive en la pobreza, exacerbada por la falta de acceso a servicios básicos y salarios insuficientes provenientes de actividades agrícolas.

La más reciente detención en Huauchinango, resultado del Plan “Fuerza por Puebla” impulsado por el gobierno de Sergio Salomón, subraya la urgencia de abordar este problema de manera integral.

Miguel N., de 42 años, fue aprehendido en posesión de cinco contenedores con combustible, obtenido ilícitamente. Este operativo refleja la efectividad de las medidas gubernamentales para combatir el robo de hidrocarburos.

Aunque estas acciones representan avances significativos, la realidad persiste. El gobierno enfrenta el desafío de romper el ciclo del huachicol abordando las causas subyacentes, como la pobreza y la falta de oportunidades. Es fundamental que se implementen medidas para fomenter el desarrollo económico y social en estas áreas para lograr un cambio sostenible.

La lucha contra el robo de hidrocarburos en Puebla es una tarea compleja que requiere una estrategia integral y continua. La colaboración entre diversas instituciones, como la SSP y la SEMAR, es esencial. Mientras se celebran los éxitos, es crucial no perder de vista la importancia de medidas a largo plazo que mejoren las condiciones de vida en las regiones