¿cambios en el cuerpo de una astronauta?
Cuando los astronautas viajan al espacio, su cuerpo experimenta cambios sorprendentes debido a la microgravedad, uno de los más fascinantes es lo que sucede con su corazón.
En la Tierra, el corazón tiene que trabajar contra la gravedad para bombear sangre a través del cuerpo.
En el espacio, donde la gravedad es prácticamente inexistente, el corazón no enfrenta esta resistencia, lo que provoca que el músculo cardíaco se vuelva más pequeño y débil. Este fenómeno es conocido como “atrofia cardíaca”.
¿Cómo afecta esto a los astronautas?
Un estudio publicado en la revista Circulation en 2014, basado en la observación de astronautas que pasaron entre 6 y 12 meses en la Estación Espacial Internacional (ISS), encontró que la masa del ventrículo izquierdo del corazón se redujo en un promedio del 9.4% durante la misión.
Este dato es preocupante porque el ventrículo izquierdo es responsable de bombear sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo.
Otra investigación de la NASA en 2018, utilizando resonancias magnéticas para estudiar los corazones de los astronautas antes y después de sus misiones, mostró que este encogimiento puede llevar a una reducción en la función cardíaca de hasta un 20%.
Sin embargo, la mayoría de los astronautas recuperan esta masa perdida en cuestión de meses tras su regreso a la Tierra, gracias a un régimen de ejercicio físico intenso.
¿Es peligroso?
Aunque este cambio suena alarmante, los efectos suelen ser temporales y controlables. Los astronautas se someten a un régimen de ejercicio diario que incluye hasta 2 horas de ejercicios cardiovasculares y de resistencia para minimizar estos efectos.
Además, investigaciones recientes sugieren que intervenciones adicionales, como una dieta rica en proteínas y el uso de trajes especiales que simulan gravedad, podrían ayudar a prevenir esta atrofia.
Un dato adicional: se ha calculado que un viaje de ida y vuelta a Marte podría durar entre 18 y 36 meses.
Esto significa que los astronautas que se embarquen en estas misiones estarán en riesgo de una atrofia cardíaca significativa si no se desarrollan contramedidas eficaces.
El estudio de estos cambios es crucial para planificar futuras misiones espaciales de larga duración, donde mantener la salud cardiovascular será vital para el éxito de la misión.
Así que, la próxima vez que veas a un astronauta en televisión o en las noticias, recuerda que su corazón, al igual que todo su cuerpo, está adaptándose a un entorno completamente distinto al que conocemos aquí en la Tierra.
¡El espacio no solo es el último gran misterio, sino también un laboratorio viviente que transforma a quienes se atreven a explorarlo!