A día de hoy existe un pensamiento muy extendido de que la Criminalística es sinónimo de Criminología. Nada más lejos. La Criminalística es la disciplina científica que se encarga de la determinación de la existencia de un hecho criminal concreto, de la recogida de pruebas e indicios criminales y a la identificación de los autores del hecho delictivo y el grado de participación de estos en el mismo. Se trata de un error que se ha derivado, en muchos casos, de la emisión de ciertos programas y series de televisión, de la literatura policiaca y de los distintos medios de comunicación donde en todos ellos se realiza un mal uso del término Criminología para referirse a funciones propias de la Criminalística.
No obstante, en España tradicionalmente los estudios en Criminalística se imparten dentro de los estudios en Criminología (ya fuera en la Licenciatura en Criminología, desde 2002 hasta 2008, o en el Grado en Criminología, desde 2009 y como se siguen impartiendo actualmente) dado que la primera es una disciplina que se sustenta de la segunda. Es decir, la Criminología, aunque con frecuencia comprende también los estudios en Criminalística, no es Criminalística, y como estudios, no es un grado universitario que forme a sus alumnos exclusivamente en técnicas policiales de investigación sino que se trata de un grado que prepara en el estudio, en la teoría y práctica de todo lo relativo a la delincuencia y conflictos sociales nutriéndose de los contenidos de otras ciencias como son la Psicología, la Sociología, la Antropología, el Derecho y la Medicina. Aun con todo ello, la Criminología es una ciencia autónoma con un área de conocimiento definida y con unos objetos de estudio concretos.
Podemos concluir con que la Criminología es una ciencia que se centra en el cómo y por qué de los fenómenos delictivos y la reacción social frente a estos, en los cuales se incluye el estudios de los delincuentes y las víctimas, y cómo se podrían evitarse mediante programas de prevención e intervención, mientras que la Criminalística es una disciplina que trata de explicar cómo ha ocurrido un hecho delictivo concreto, de averiguar quién o quiénes son sus autores y el grado de participación de estos en el hecho delictivo. No obstante, hay que reparar en que el término “Criminología” no es del todo correcto ya que no se limita al estudio del hecho delictivo, al crimen, sino que va más allá de todos los fenómenos relativos a la seguridad de la población para su estudio y la mejorar de esta, ya sea con programas de prevención, intervención o de reinserción.
Volviendo a qué es la Criminología, una de los primeros intentos que se hicieron en España para delimitar el estudio de la Criminología, corrió a cargo de Constancio Bernaldo de Quiros, el cual en su libro Criminología establecía que existían tres elementos que configuran todo fenómeno delincuencial: delito, delincuente y pena, del cual solo el estudio del delincuente corría a cargo de esta materia, mientras que la pena se estudiaba a través de la Penología y el delito por el Derecho Penal.
Como se aprecia en la anterior definición, no se menciona a la víctima; esto es porque hasta mediados del S. XX no se empezaron a dar los primeros impulsos para un reconocimiento de la víctima, empezando a cobrar mayor importancia en la década de los setenta, destacando en esta importancia creciente la celebración del Symposium Internacional de Victimología celebrado en Jerusalén en 1973.
Más tarde, García Pablos (1988) definió la Criminología como la ciencia empírica e interdisciplinaria que tiene por objeto el crimen, el delincuente, la víctima y el control social del comportamiento delictivo; mediante el uso de información válida, contrastada y fiable sobre el origen, la dinámica y las variables del crimen.
Por su parte, Garrido y Redondo (2013) señalan que podría definirse como estudio de los comportamientos delictivos y las reacciones sociales frente a ellos, siendo objeto de estudio de la Criminología un cruce de caminos entre estas dos dimensiones.