Por: Ivan Soriano
En el vibrante escenario del café Las Conchas, el pasado sábado 13 de abril de 2024, los asistentes presenciaron una exposición de arte que desafío las convenciones. La muestra exploró lo divino a través de la geometría sagrada, utilizando la cuadratura del círculo como lienzo y la retrospectiva de la figura de Dios como guía.
LO DIVINO
En un despliegue de colores trascendentales, el azul divino y el dorado omnipotente se entrelazaban en cada obra. Juntos, transmitían el poder de lo sagrado y la visión del rey del karma.
Las piezas, concebidas en medio de la pandemia, reflejaban un periodo de introspección y transformación. A través de una base cubista, la aparente fragmentación del arte revelaba un mensaje profundo. El bien y el mal, el deseo y la dualidad humana se hacían evidentes en cada trazo.
El corazón chorreante
Símbolo de entrega y amor, esta pieza evocaba los antiguos corazones mexicas. Mientras tanto, los mantras hindúes resonaban en el espacio, recordando la omnipresencia de lo divino.
En la sala, el silencio transmitía una sensación de infinito. Se percibía la espiral de la vida, el ADN astral que une todas las existencias. Cada trazo reflejaba recuerdos de vidas pasadas y la conexión con lo trascendental.
El medicamento para la libertad para mí es el arte.
Jorge León
Las piezas, dispuestas en una secuencia meticulosa, guiaban al espectador en un viaje visual. Cada obra ofrecía una visión de utopías y deseos que trascendían lo terrenal.
Destacaba especialmente una serie de 18 pinturas. Estas parecían estar en constante crecimiento, como si cada nueva adición representara la evolución espiritual del artista. En ellas, los brillos de cabeza simbolizaban una mente iluminada que visualiza la teoría de las cuerdas y se sumerge en lo trascendental.
En definitiva, esta exposición no solo fue un encuentro con el arte, sino también con lo divino dentro de cada uno de nosotros. A través de formas y colores, recordó la importancia de la conexión espiritual y la búsqueda de la verdad. En un mundo envuelto en el ruido del deseo y la dualidad, este arte sirvió como un recordatorio de lo esencial.