El pasado 29 de junio de 2025, Chile vivió una jornada clave rumbo a las elecciones presidenciales de noviembre: las primarias del pacto Unidad por Chile, que reúne a los partidos de la coalición de gobierno liderada por el presidente Gabriel Boric. En esta contienda interna, Jeannette Jara, militante del Partido Comunista (PC) y exministra del Trabajo, se impuso de manera contundente con el 60% de los votos, superando ampliamente a Carolina Tohá, del Socialismo Democrático (28%), y a Gonzalo Winter, del Frente Amplio, que quedó en un lejano tercer lugar.
Este triunfo posiciona por primera vez al Partido Comunista como la fuerza mayoritaria dentro de la izquierda chilena, un hecho inédito desde el retorno a la democracia. Sin embargo, la jornada también estuvo marcada por la baja participación, con poco más de 1.4 millones de votantes, lo que representa apenas el 9% del padrón electoral.
El respaldo presidencial: Boric apoya abiertamente a Jara
Pocas horas después del resultado, el presidente Gabriel Boric expresó públicamente su apoyo a Jara. “No me cabe duda que ella será mejor de lo que yo he sido con creces”, escribió en la red social X. Además, se reunió con ella en su casa del barrio Yungay, en Santiago, para conversar sobre el rumbo de la campaña y mostrar una imagen de unidad dentro de la coalición oficialista.
Esta señal de apoyo fue clave para consolidar el liderazgo de Jara como candidata única de la izquierda, una posición que hasta hace unas semanas parecía poco probable ante el dominio de las derechas en las encuestas.
Un llamado a la unidad: “Tenemos que construir una unidad real”
En sus primeras declaraciones como candidata oficialista, Jeannette Jara destacó la necesidad de profundizar la unidad dentro del bloque progresista. “Tenemos que hacer más esfuerzos en poder construir una unidad real, sustantiva, y no solamente en las palabras”, declaró.
También ha dejado en claro que, aunque su militancia es comunista, ahora representa a toda la coalición de centroizquierda. “Hoy no soy la candidata del Partido Comunista, soy la candidata de la coalición de centroizquierda del país”, enfatizó ante la prensa.
El apoyo de las fuerzas aliadas: unidad progresista rumbo a noviembre
Pese a las tensiones internas previas a las primarias, las distintas fuerzas del oficialismo han cerrado filas en torno a Jara. El PPD, partido al que pertenece Carolina Tohá, ratificó su respaldo, al igual que el Partido Socialista, cuyo presidente, Paulina Vodanovic, expresó su intención de trabajar por una lista única tanto para la presidencial como para las parlamentarias.
Incluso, Tohá, tras reconocer su derrota, agradeció a sus seguidores y felicitó a Jara: “Nuestras ideas siguen siendo necesarias para el Chile que viene”. Por su parte, Gonzalo Winter también acudió al comando de Jara para mostrar respaldo.
Reacciones del mercado y el espectro político
Curiosamente, el mercado reaccionó de forma moderadamente positiva al triunfo de Jara. El peso chileno se fortaleció frente al dólar, y el índice bursátil IPSA cerró la jornada en verde. Sin embargo, economistas como David Bravo calificaron el programa de Jara como “anti-empleo”, por su propuesta de un salario vital de 750.000 pesos chilenos.
La derecha, por su parte, ha endurecido su discurso. José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, calificó su triunfo como “la consolidación de la izquierda radical”, mientras que Guillermo Ramírez, de la UDI, afirmó que Jara representa “lo más extremo del Gobierno”. Incluso, la candidata de la derecha tradicional, Evelyn Matthei, declaró que “no tenía dudas de que Jara ganaría”, aunque ahora busca diferenciarse dentro del bloque opositor levantando la bandera de la moderación.
¿Un giro histórico? La izquierda chilena vuelve a soñar con La Moneda
Desde 2006, cuando Ricardo Lagos entregó el poder a Michelle Bachelet, Chile no ha vivido una transición presidencial entre mandatarios del mismo signo político. Con los resultados de esta primaria, las esperanzas del oficialismo renacen. Según la encuesta Cadem, Jara obtiene un 26% en intención de voto, superando a Kast (22%) y Matthei (12%).
Otras encuestas, como Data Influye, la colocan aún mejor: un 39% para Jara, contra 23% para Kast y 15% para Matthei. Este panorama coloca a Chile ante una campaña polarizada entre la derecha extrema y la izquierda comunista, y anticipa un balotaje altamente competitivo. Data Influye incluso proyecta un empate técnico en una posible segunda vuelta.
Desafíos para Jara: ampliar su base y convencer al centro
Aunque Jara ha logrado sumar apoyos dentro de su coalición, enfrenta el reto de desmarcarse del sectarismo y atraer al electorado moderado, especialmente a quienes miran con recelo su militancia comunista. Ella misma ha defendido su continuidad en el PC, pero ha dejado entrever que está abierta a debatir su permanencia en el partido si ello contribuye a ampliar el apoyo electoral.
La candidata ha sido clara: “No tiene sentido ganar una elección para dejar tus banderas”, pero sabe que necesita construir un relato que conecte con los sectores que aún no confían en un proyecto liderado por el PC. De hecho, voces críticas como la del académico Agustín Squella han expresado abiertamente su rechazo a respaldar a una candidata comunista, lo que refleja uno de los obstáculos más difíciles para Jara.
El camino hacia noviembre: candidaturas y estrategia parlamentaria
La carrera presidencial aún tiene un largo camino por delante. Hasta el 18 de agosto se podrán inscribir formalmente las candidaturas y las listas parlamentarias. Este punto será crucial: una candidatura presidencial sólida debe arrastrar también a los postulantes al Congreso, y esto dependerá de la capacidad de liderazgo que Jara logre mostrar en las próximas semanas.
En paralelo, la derecha enfrenta su propia fragmentación, con una Matthei estancada en el tercer lugar y un Kast que genera resistencias por su historial y su papel en el fallido proceso constitucional.
¿Será Jara la próxima presidenta de Chile?
A cuatro meses de los comicios del 16 de noviembre, donde más de 15 millones de chilenos votarán de manera obligatoria, Jeannette Jara ha irrumpido como una figura inesperadamente competitiva. Su victoria en las primarias ha modificado el mapa electoral y abierto la posibilidad —hasta hace poco descartada— de que la izquierda conserve La Moneda.
El escenario sigue abierto, la campaña será intensa y polarizada, pero por primera vez en dos décadas, la izquierda chilena tiene la opción real de continuar en el poder. Jara deberá sortear desafíos internos, resistencias externas y construir un relato convocante si quiere lograr lo que solo Bachelet consiguió: recibir el poder de un compañero de coalición.
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