Paz global: Narrativas, medios y el negocio de la guerra
¿¡Paz global? Desde la firma de la Carta de las Naciones Unidas en 1945 y la creación y consolidación de la estructura del derecho internacional moderno, se nos dijo que las guerras iban a ser cosa del pasado para los seres humanos. Bajo el lema

“Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”,
Nace la ONU, así como tratados, convenciones, protocolos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Corte Internacional de Justicia, vieron la luz para mantener una relación estable entre naciones para poder preservar la paz. Sin embargo, con la entrada del siglo XXI se nos ha demostrado todo lo contrario.
Las guerras no solo han persistido: se han transformado, multiplicado y normalizado.
Desde Irak hasta Ucrania, pasando por Gaza, el mundo no ha dejado de estar en guerra, y los mecanismos supuestamente creados para evitarlas parecen cada vez más obsoletos o cómplices a intereses de las potencias.
Tras el horror de la Segunda Guerra Mundial, se creó la ONU, donde se firmaron tratados humanitarios y se impulsó un derecho internacional que buscaba poner límites al uso de la fuerza de las grandes potencias.
La comunidad internacional prometía que nunca más se repetirían atrocidades como el Holocausto o los bombardeos nucleares.
Pero la realidad nos muestra que esas promesas eran, en el mejor de los casos, ilusiones bienintencionadas, y en el peor, estrategias de control disfrazadas de paz.
No es de menos recordar que la humanidad ha buscado todo el tiempo la estabilidad entre los propios seres humanos, que desemboca en tratados que tarde o temprano terminan siendo ineficientes, pero algo cambia en este nuevo siglo, ya que ahora no solo las potencias tienen armamento nuclear, sino que todos aquellos países que puedan desarrollar, lo harán.
Las instituciones que nacieron para proteger a los pueblos han sido sistemáticamente dominadas por los intereses de las grandes potencias.
El Consejo de Seguridad de la ONU la máxima autoridad para decidir sobre guerras y sanciones está controlado por cinco países con poder de veto. ¿Qué ocurre cuando uno de ellos es el agresor? Simple: no pasa nada. Lo hemos visto con Estados Unidos en Irak, con Rusia en Ucrania, con Israel en Gaza. Que, aunque no formen parte de estos miembros permanentes, si pueden buscar la “ayuda” de los que sí.
En teoría, el derecho internacional prohíbe las guerras de agresión. En la práctica, se aplica solo a los países pequeños o aislados. Las grandes potencias invocan “”, “guerra preventiva” o “lucha contra el terrorismo” para justificar sus intervenciones.
La paz, entonces, se vuelve una palabra vacía, específicamente para aquellos países que tienen demasiados recursos, pero que tienen inestabilidad, que protegen terroristas o que cumplan con todos las especificaciones que una gran potencia necesite.
Tres guerras, un mismo patrón
- Irak(2003): Una invasión sin mandato de la ONU, justificada por la supuesta existencia de armas de destrucción masiva que nunca se encontraron. Estados Unidos acusó de manera infundada al régimen de Sadam Huseín de poseer armas de destrucción masiva para justificar la invasión a Irak en La guerra de Irak se extendió hasta 2011, cuando terminó la ocupación. Causó miles de muertos, propició el nacimiento de la facción iraquí de Al Qaeda, considerada antecedente de Dáesh, y dejó tanto una guerra civil como una crisis económica, política y social. La agresión de Washington y sus aliados recibió el rechazo de la mayoría de Los estados, que lo consideraron una violación del derecho internacional.
- Ucrania (2022): Una invasión abierta de Rusia contra un Estado soberano. La ONU ha condenado la acción, pero no ha logrado detenerla.Rusia no sólo vulnera la soberanía de un vecino y de su pueblo, sino que busca derribar su gobierno legítimamente elegido, con un impacto masivo, real y potencial, en la vida y el bienestar de la población civil; ninguna de las razones permite a Rusia justificar sus actos, así como poniendo en tela de juicio la disfuncionalidad del Consejo de Seguridad de la ONU, siendo un miembro permanente.
- Gaza(2023–2024): Bombardeos masivos, miles de civiles muertos, bloqueos a la ayuda La ONU emitió resoluciones que fueron bloqueadas por el veto estadounidense. El Consejo de Seguridad de la ONU sometió a votación dos resoluciones sobre la guerra entre Israel y Hamás, la resolución para establecer pausas humanitarias en la guerra que ya ha dejado casi 4.000 muertos en Gaza y más de 1.400 en Israel obtuvo 10 votos a favor, 2 abstenciones (Reino Unido y Rusia) y 1 en contra, de Estados unidos. Washington argumentó que la iniciativa “no mencionaba el derecho de Israel a la autodefensa”, según su embajadora ante la ONU, Linda Thomas- Greenfield.
En los tres casos, el sistema internacional fue incapaz de actuar con firmeza. Las guerras siguieron. La población civil pagó y sigue pagando el precio.
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Guerras del siglo XXI: ¿una nueva normalidad?
Las grandes potencias siempre nos darán esa “perspectiva” de que aquellos países necesitan sus ayuda, su intervención necesaria y los medios de comunicación nos darán la narrativa que debemos creer, dependiendo de si estemos a favor de “los buenos” o “los malos” incitándonos a “elegir un bando”, cuando dejan en segundo plano todas aquellas vidas humanas que se juega entre vivir o morir, dejan de lado bombardeos injustificados a escuelas, hospitales o refugios, que no responden a todas aquellas personas obligadas a ir a la guerra, que prefieren gastar e inverti millones de dólares en el mejoramiento de armas, que en mejorar sistemas de salud o de seguridad en sus propios países, para ellos lo importante es el territorio y sus recursos, nunca el que pasara la población.
El problema no es solo la falta de voluntad política. Es también estructural. El derecho internacional está diseñado para no incomodar a las potencias. Mientras no se reforme el Consejo de Seguridad, mientras no se aplique la ley internacional sin excepciones, la paz seguirá siendo un privilegio y no un derecho.
Y quizás lo más inquietante es que nos hemos acostumbrado. Las guerras ya no nos sorprenden. Cambian de nombre, de bandera y de excusas, pero siguen siendo el lenguaje real de la política global. No es algo actual o que las circunstancias se hayan dado, algo que debemos tener presentes es que muchas o casi todas de las guerra
s que estamos viviendo actualmente tienen un trasfondo histórico no de 10 o 20 años, sino a cuando aún se les denominaba imperios a las potencias; quizás y al final como lo digo Thomas Hobbes “el hombre es el lobo del hombre” y lo último que podemos cuestionarnos es:
La pregunta no es por qué hay guerras. La verdadera pregunta es: ¿cuándo hubo paz?